lunes, 5 de septiembre de 2011

Eterno Silencio

Era una fría noche de invierno y aquél joven recién se dignaba a volver a su casa. El muchacho cruzaba el umbral de la puerta por primera vez en 3 días. ¿Qué era lo que había estado haciendo tanto tiempo fuera? Era un misterio para sus esforzados padres.
Apenas lo vieron llegar sus rostros se ensombrecieron, sin embargo se vieron obligados a no decir nada…nada más que saludarlo normalmente. El chico tenía suerte de, que estando sus hermanos presentes, también se encontraban visitas…Meros conocidos por los cuáles sus padres fingían comportarse.
Sin otra muestra de afecto, fue directo a su burbuja. Pasó por el sombrío pasillo y entró a su cuarto lo más rápido posible. Tras de sí, cerró la puerta.
Se lanzó sobre su cama y se quedó observando el cielo de su cuarto, esperando. Esperó varias horas, ni siquiera se resignó a ir a tomar una ducha, ni de ir a la cocina a comer algo. No…él simplemente esperó.  Entonces, cuando la puerta se abrió y se cerró, entendió que las visitas se habían marchado.
Era tarde, sus hermanos ya dormían. Poco a poco comenzó a escuchar los pasos, las voces furiosas…Sus padres se acercaban a reventar su burbuja.
Apenas abrieron la puerta, le miraron…Él se irguió y les sonrió. Veía como sus padres movían la boca, probablemente le estaban regañando. ¿Preocupados? ¿Enojados? Debían estar llenos de sentimientos. Pero claro, eran sus padres y aunque ellos creían pensar en él, el muchacho sabía que no era del  todo verdad.
Se acercó a su escritorio mientras sus padres se acercaban cada vez más. Dejó una carta sobre uno de sus libros de estudio.
Miró la luna mientras sentía la presencia de su padre a sus espaldas…Seguía sin escucharlos, ya no le importaban sus palabras vacías que siempre le dañaban.  Silencio…al fin se habían callado, esperando a que el joven dijera algo en su defensa. Él sólo suspiró mientras sacaba un objeto del bolsillo de su chaqueta.
Sonrió tristemente, y antes de que, nuevamente, sus padres gritaran…Un golpe sordo, y entonces por fin disfruto de aquél silencio eterno…

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